.::Con Alma de Rockera::.

Hay pocas veces en la vida en las que una agradece que le caiga la teja, porque siempre pasa cuando ya es demasiado tarde... Esta vez, me pasó... pero estoy agradecida de eso.

Un tejazo de tamañas proporciones no se dan en un día como este... menos un 28 de diciembre, que es el día de los inocentes...

En realidad no sé si fue por eso mismo que hoy tuve un día extraño en un principio. Empecé con los retos de mi novio por innumerables cosas, pero de a poco fue tornándose en una conversación romántica... incluso un poco lacrimosas... explicando mis sentimientos hacia él y viceversa. Debo reconocer que sentí un poco de temor por la situación, pero luego me sentí mas segura que antes. Y con ganas de cambiar.

Pero en realidad eso no fue parte del tejazo. Fue mas bien algo que me estaba preparando "psicológicamente" para lo que vendría más adelante. Unas horas después.

Un día escuché algo así como que la vida se manifiesta de maneras misteriosas... a veces un poco extrañas.... y fue eso mismo lo que me faltaba. Que me cayera la teja de una manera tan explícita que no pudiera hacer nada... que tenía que dejarme callada. Muda. Pero que fuera tan efectivo como para darme cuenta de que la estaba puro cagando.

El golpe de realidad me llegó como un batatazo en la cabeza. pero fue lindo.

Mi perrita estaba encinta hasta hace algún tiempo, y nunca logró que sus cachorros sobrevivieran a la hora del parto porque tenía problemas para parir. Hoy, fue distinto.

Estuve en mi casa cuando vi a mi perrita muy adolorida, y me pareció extraño... a decir verdad nunca la había visto así.
Me fui a dormir una siesta y mi mamá me despierta diciéndome que mi perrita estaba a punto de parir. Corrí al primer piso y mi perrita estaba ahi... entre llorando y pujando. Me miraba y yo trataba de calmarla.
Ví que efectivamente no podía tener su perrito por si sola, y la asistí en el 'parto'. Ayudé a que el perrito saliera.
Juro que nunca en mi vida me había pasado algo así. Tener en mis manos una cosita recién nacida... moviendose por primera vez fuera de ese mundo que vivió durante un tiempo... y ahora llegando al mundo. Y lo tuve en mis manos por un rato.

Debo reconocer que me corrían las lágrimas en ese momento. Darme cuenta de que la vida que vivimos es tan frágil... que la vida de ese perrito estaba en mis manos...
Nunca me había sentido tan responsable....
Y fue en ese mismo instante cuando me di cuenta de la forma en la que he desperdiciado algunas cosas importantes de mi vida. Haberme dado cuenta de las cosas que he hecho en mi contra en momentos de tristeza, cuando la vida es maravillosa... obviamente que la crudeza de la vida es demasiado fácil de olvidar en tiempos en donde las cosas marchan bien, y cuando eso pasa, uno puede verse sorpendido por esas terroríficas pinceladas de realidad que aparecen para que te acuerdes que pese a que el cielo está despejado, las nubes negras están siempre ahí. Al acecho.

Sin lugar a dudas este golpe de realidad me ha dejado atontada. Fue un excelente golpe de realidad en todo caso. Una estocada donde más lo necesitaba...

¡Cuantas veces pensé en que la mejor solución era dejar de respirar para solucionarle los problemas al resto!

Ahora no pienso igual. Haber sentido un frágil corazoncito latiendo en mi mano le dio otro sentido a mi vida. Me hizo darme cuenta de la forma estúpida en la que me comporté durante mucho tiempo al darle relevancia a cosas que realmente no tenían ninguna importancia. Y haberme calentado la cabeza con eso. En haberme hecho mala sangre, haber llorado, haber hecho cosas en mi contra... solo por haberme preocupado de cosas que no merecían tanta importancia.

De a poco sentía como me iba encendiendo: fuego en mi estómago, en mi cabeza, en mis ojos, en mis puños, en mi corazón, en mi alma…me consumía y no podía parar. En algún momento me anduvo asustando, porque no sabía de lo que era capaz.

Luego todo ese fuego alcanzó algo que permitió que me encendiese.... exploté!!!

Grité fuerte, gritos largos, pausados solamente por pequeños lapsos para tomar aire y continuar… tuve ganas de ser un poco mas destructiva...

Golpeé fuerte, golpeé paredes y todo lo que pude… como si estuviese defendiendo mi vida contra seres invisibles…seres perversos que habitan en mi mente y merodean mi alma, esperando mi descuido para llevarme al lado más oscuro que nadie pueda imaginar... mi dark side.

Hay momentos en los que no quieres que nadie te moleste, que el resto se calle de una vez por todas y deje de hablar... no quieres sentir el roce de nadie, las palabras de las personas se desvanecen con la rabia.

Luego llegó el cansancio, la desesperación, la tristeza y el arrepentimiento por el daño que yo misma me provoqué al agitar y darle un ansiado poder a mis demonios internos….demonios que creía exterminados... pero que siempre estan ahí... al acecho... esperando un descuido para volver a apoderarse de mi descontrol... Lloré un rato, pero fue un llanto terapéutico, no quise desquitarme con nadie... esto era sólo conmigo.

La mente se comenzó a enfriar y a funcionar….llegó la recapacitación, el análisis, la autocrítica, la magna energía….una sensación de alivio. Todo era claro, brillante, fresco. Ahora estoy repuesta.

(porqué este tipo de cosas tienen que pasar en momentos inesperados, sin previa planificación, y en fechas en donde se supone que todo es "paz y amor"?)

Una hora de mi vida desperdiciada, una hora de retroceso, una hora de estupidez…una hora de visita a mi lado oscuro... que bien botado lo tenía.

• Febrero: Conocí a quien no pude sacar de mi cabeza durante mucho tiempo. Ahora, y gracias a la aparición de una persona especial, he podido. No voy a dar el nombre de aquel personaje porque nadie alcanzó a conocerlo (y además no va al caso porque nadie podría ubicarlo alguna vez). La cosa es que pese a que nuestra relación duró lo que dura un cigarrillo en consumirse, yo fui la causante de que no funcionara. La verdad es que no sé que tanta culpa tuve al respecto. La razón del enojo de él? una frase escrita en mi ya extinto fotolog, en la que yo hacía supuesta alusión a otra persona (que no era precisamente él) en tono amoroso.
  
  Mi culpa, en realidad, radica en que no pude explicarle nunca que esa frase no estaba siendo dirigida a nadie en especial. Estaba en un periodo de mi vida en el que quería volver a tomarme las cosas con calma y el pensó que realmente yo estaba interesada en otra persona.
  Errores que cometí: Entusiasmarme demasiado, llenarme de expectativas, jugármela tanto y terminar aburriendo... no explicar las razones de esa frase... preocuparme en exceso.
  


• Marzo: La fantástica amistad que tuve durante muchos años se esfumó por un hombre. Una vez dije que no volvería a tolerar una traición. Mi ex amiga me traicionó una vez y la perdoné... ya una segunda vez no volví a hacerlo.
  
  Errores que cometí: Tolerar traiciones, alterarme de sobremanera, darle la importancia indebida a quien realmente no se lo merecía, soportar situaciones inaguantables.... creer en que la gente cambia.
  


• Abril: Después de haberme repuesto de lo que significa perder a alguien muy muy importante en mi vida, como fue mi mejor amiga, me pasó lo mismo, pero con mi otra mejor amiga, aunque ahora yo tuve la culpa...
  
  Errores que cometí: Sin lugar a dudas, no haber hablado las cosas a tiempo, aunque fue un mal entendido... no haber pedido las disculpas pertinentes.
  


• Mayo: Me involucré con alguien que pensé era el prototipo de persona que necesitaba en mi vida... y terminó siendo tan distinto a mi que no eramos nada compatibles.
  
  Errores que cometí: Ser tan víctima de la soledad que me armé un dibujo casi perfecto de un ser que realmente nunca fue. No frenar a tiempo las expectativas que esa persona se hizo de unas cuantas citas.
  


• Julio: El plato se repite. Me lancé casi de cabeza en una piscina sin agua... pensé que realmente las cosas iban a ser buenas para mi y estaban muy lejos de serlo. Me sentí tremendamente ridiculizada.
  Errores que cometí: Esperar demasiado, pensar en que la falsedad de las palabras no era tal, creer en todo lo que me dijeron... poner mis manos al fuego sin medir consecuencias. Suicidarme emocionalmente.
  
  
  Bueno, actualmente puedo decir que estoy viviendo una mala copia de todo lo que me pasó antes... pero en versión WinZip.
  Todas las cosas que viví no me sirvieron tanto después de todo. Al final he sacado buenas conclusiones no más, como que ser inocentona y creer en la gente que me entrega cariño desinteresado en algún momento... me ciego con el cariño... eso demuestra una de mis terribles debilidades.
  Una conclusión de todo esto que pasó es que no debo confiar tanto... ni tampoco sentirme culpable de aquello que no tengo culpa.
  Al menos ahora no siento culpa por lo que viví... En realidad culpa no es... y creo que es cobarde de mi parte echarle la culpa al destino o algún agente externo... porque en cierto modo tengo claro que yo he sido la que lleva las cosas a algún punto. Inconscientemente, pero las llevo.
  Ahora estoy en un punto de mi vida en el que estoy a la deriva... sin saber qué será de mi en algún tiempo más... o mañana...
  
  Hay veces en las que creo incluso haber perdido un trozo de alma entre tantas cosas que pasaron.
  Seré también la culpable de eso?

1. De Nacimiento: Según mi punto de vista, los pasteles de nacimiento son aquellos que han vivido siempre bajo el umbral de la completa estupidez. Cagada tras cagada, pastelazo tras pastelazo... ridiculizados a morir.


2. El pastel de oficio


3. El pastel Circunstancial: No quise definir al pastel de oficio porque creo que está demasiado ligado, a éste. El pastel circunstancial es el que surge cuando está hundido en un mar de mierda espiritual (llámese naufragios amorosos, crisis existenciales, desilusiones, etc.) y sus pastelazos son potencialmente mortales.
   
   
   Sanhueza señala que sabe de personas inteligentes, integradas socialmente, cultas, solidarias, amadas y cariñosas, que hen un repentino (e inexplicable) baile con la fea, han terminado tirados en alguna acequia o mirando las estrellas en una vía férrea abandonada.

Como pasa en la gran mayoría de los casos, estos negros instantes, entre conversa y conversa con los amigos, se integra sin decir más en en anecdotario personal del afectado, y en un memorial de la amistad. No por nada las amistades se fortalecen con este tipo de cosas.

Volviendo a la descripción que éste columnista entregó sobre el pastel circunstancial, y la que yo deduje del pastel de nacimiento, pienso que la que mejor calza en mi caso es la del pastel circunstancial.
Mi talento para tropezar, caerme, sangrar y pararme es tal que definitivamente es la descripción perfecta para mi.

Algo más que resaltar: en el texto, indica que en el libro "La Leyenda del Santo Bebedor" (que va a ser mi próxima adquisición literaria) la dispersión metal y el talendo para tropezar con todas las piedras del camino vienen dados por un cóctel de alcoholismo y de buena fe.
El hombre, como reza el título de su leyenda, es un santo, un ser bueno de alma, pero que está, a causa del copete, condenado a tropezar estrepitosamente cuando aún no termina de ponerse de pie. Pero su pesp espiritual y su mentalidad profunda, pese a las apariencias insufribles, logran que el personaje salga airoso. El error, en su caso, es la redención.

... Ese libro fue escrito para que yo lo leyera...

¿Será que mi problema es ese? Bueno, no tengo el problema del alcoholismo, yo tengo la capacidad de ser inocente sin copete, y tener la misma buena fe.

Esto que leí me abrió los ojos. Gracias Leonardo Sanhueza.